lunes, 18 de febrero de 2008

¿Es el Sonarasa-sutra el verdadero origen del vampirismo?


Es paradójico pero probablemente el origen del vampirismo halla que buscarlo en una antigua secta del hinduismo, religión que normalmente se asocia a prácticas espirituales contrarias a la violencia y el derramamiento de sangre. He llegado a esta conclusión después de estudiar (o al menos intentarlo, pues apenas si puedo leer sánscrito) uno de los tratados menos conocidos de la India, el Anantamukti-mârga sastra, el libro de los infinitos caminos hacia la salvación. Mis traducciones, por supuesto, son aproximadas, pero espero haber captado lo esencial de los significados (si alguien con mejor nivel de sánscrito lo cree conveniente, le animo a que me ayude con las traducciones).

El Anantamukti mârga fue escrito aproximadamente en el sur de la india hacia el s. III o IV a.d. (época de los comentaristas). Se trataba de un ambicioso tratado que pretendía compilar todos los sistemas filosóficos-religiosos (dársanas) de la época. Sin embargo, hasta nosotros ha llegado muy poco del mismo y sólo gracias a las citas en algunos textos Shivaitas (por ejemplo, el Natya sastra), pues parece que se perdió durante los s. X-XI. Lo más interesante es que el libro exponía, junto a las vías ortodoxas propias de religiones conocidas como el Visnhismo, el Shivaismo o el Sáktismo, ciertos comentarios sobre vías heterodoxas, algunas tan curiosos como el samrambha-yoga, camino hacia la divinidad consistente en la hostilidad y la blasfemia hacia la propia divinidad (esto es interesante para los blackers ¿no?). Otra de estas vías es el Sonarasa-sutra, traducido, el tratado sobre el fluir de la sangre.

Intentaré resumir el mensaje del Sonarasa-sutra en pocas palabras. La realidad de la vida está condicionada por el deseo de vivir. Este deseo presenta dos facetas: la sensualidad (kâma) y la violencia (ahimsa), aspectos que no hacen más que enredarnos en la infinita red de la ilusión (maya) a través de múltiples y frustradas reencarnaciones.
El hombre puede librarse de maya de dos formas. Las vías ortodoxas (daksimârga) propugnan la extinción total del deseo y la violencia. Las vías heterodoxas o de la mano izquierda (vamamârga), sin embargo, aseguran que el hombre puede alcanzar la liberación (moksa, mukti) rompiendo los tabúes religiosos y morales establecidos por la daksimârga. Estas prácticas van desde la cópula sagrada (maithuna) hasta el uso de drogas (soma). El Sonarasa-sutra va más allá y se salta el tabú quizás más importante de las religiones índicas: la prohibición de matar animales y comer su carne (expresión máxima de la ahimsa). Los antiguos sabios (rsi) que plantearon este camino vieron en el fluir de la sangre revitalizante y en el proceso de beberla (Sonarasa), la ruptura más completa de todos los tabúes religiosos, pues implica simultáneamente violencia, sexualidad y soma. La fuerza mágica o espiritual (brahman) levantada por esta práctica es inmensa, tanto que, según el sutra, asegura la inmortalidad a quien la practica. Sin embargo, como en cualquier camino de la mano izquierda, tan importante o más que la ruptura del tabú en sí es el mecanismo ritual y la preparación espiritual previa al mismo. Los mismos rsi advierten severamente sobre la práctica descontrolada del Sonarasa-yoga: todo aquel que, inconscientemente, la realice sin los conocimientos exactos creará una tormenta de karma negativo que le arrastrará tras su muerte hacia un estado de existencia miserable. El desafortunado terminará convirtiéndose en un espectro sediento o preta, condenado a vagar por las sombras sin verse nunca saciado en su deseo (¿¿¿vampiro???).

Sobre este aspecto práctico y ritual, que es el verdaderamente importante, podríamos seguir hablando en otro post, pero os aseguro que la preparación espiritual es tan estricta que a mí, hoy por hoy, no me interesa ni lo más mínimo (¿quién renuncia hoy en día al sexo, al alcohol etc?)

No hay comentarios: